sábado, 30 de octubre de 2010

Me Gusta Halloween ¿Y Qué?

Ya, decidí anunciarlo a los cuatro vientos. Me gusta Halloween.
Encuentro que es una fiesta divertida. Ver niños disfrazados pidiendo dulces, saliendo en procesión nocturna, pasandolo bien, y además con todo el proceso que implica elegir sus disfraces, negociarlo con sus padres -y lo mas importante salir acompañado por ellos- siento que de niño habria gozado mucho con esta fiesta, y seguramente es frustración de "niño casi cuarentón" la que hace que le tenga admiración a esta nueva costumbre importada.

Y por favor fijarse en lo de "nueva costumbre", quiere decir que no es la primera. Si nos vamos a poner anti-yanqui o anti-globalización igual está bien, pero eso si seamos consecuentes. No es coherente quejarse de Halloween si hace décadas que dejamos entrar al viejito pascuero en nuestras casas en Diciembre, o si estamos perdidamente enganchados con alguna serie gringa tipo Lost, Glee o cualquier otra. Menos todavia si vamos al ultimo estreno 3D. Las tarjetas de crédito tampoco fueron originarias de Chile, ni las hamburguesas ni las pizzas ni los tacos.

Creo que decir "solo lo chileno es bueno" es peligroso, sin embargo confieso sentirme atraído por la idea de que algún día la fiesta en cuestión pueda recibir matices locales. Es como soñar con que algún día del arbolito de pascua vamos a colgar piñones ¿porqué no?
Y creo que en el caso del Halloween algo hemos avanzado. La fiesta -de origen celta, no gringo- nunca consistió en salir disfrazado de demonios a pedir dulces. Simplemente era la fiesta en que los vivos compartían con sus parientes muertos. Alguien después la adaptó convirtiendo a los muertos en demonios, y luego otro mas llegó y lo convirtió en fiesta de niños. En Chile a menos se ha dado otro paso: se convirtieron los disfraces de fantasmas en disfraces en general. Niños transformados en corderitos, leones, superhéroes, hadas, etc.

Asi que este es finalmente un llamado a no ponerse graves. Si no te gusta la fiesta, no abras la puerta, es tu derecho, pero guarda la mala onda para los que queremos disfrutar tranquilos




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